
Bodegas Hacienda Monasterio
BODEGAS HACIENDA MONASTERIO
A finales del siglo XIX la finca formaba parte de las propiedades de la familia Lecanda, pionera en la nueva tradición vinícola de la zona. La bodega, construida entre los años 1991 y 1992, fue diseñada por el arquitecto francés Philippe Mazières, que anteriormente ya había trabajado en bodegas tan prestigiosas como Château Margaux, Château d’Yquem o Prieuré-Lichine.
Equipo técnico
El enólogo Peter Sisseck dirige desde 1990 Hacienda Monasterio. Es ingeniero agrónomo y enólogo graduado por la Universidad de Burdeos. Sobre su trayectoria profesional destaca su trabajo para varias bodegas importantes de Burdeos, así como para Simi Winery (California), donde era responsable de varios proyectos de elaboración de vinos tintos estilo Bordeaux. De 1983 a 1985, junto con su tío Peter Vinding-Diers, inició lo que se ha dado a conocer como “La Nuevo Ola” de los vinos blancos de Bordeaux.
Carlos de la Fuente, (Valbuena del Duero, Valladolid), unió su trayectoria a la de Peter Sisseck desde el comienzo del proyecto. Este bodeguero cuenta con un máster en Viticultura y Enología por la Universidad Miguel de Cervantes de Valladolid, y ha realizado varios cursos sobre estas materias en el Inra Montpellier, además de distintos cursos de catas enfocados a viticultura y elaboración de vinos tintos y blancos.
Instalaciones
Las instalaciones de la bodega poseen una alta tecnología. Los depósitos de fermentación son de acero inoxidable, diseñados por el propio Peter Sisseck con el propósito de mejorar el contacto natural entre el mosto y el hollejo durante la fermentación. Están equipados con control de temperatura y cuentan con bombas de tipo Mono, que permiten un suave trasiego. En Hacienda Monasterio la uva pasa por una selección manual, de modo que sólo se destinan a la vinificación los mejores frutos.
Viñedos
Para asegurar la calidad de la cosecha, Hacienda Monasterio ha elegido un marco de plantación apretado, de unas 4.000 plantas por hectáreas con 1-1,5 kilogramos por cepa. La poda es del tipo “goyut simple”, con una vara de seis yemas y un pulgar de dos. Esta producción limitada permite una maduración precoz que es muy conveniente en esta comarca, que puede verse afectada por la lluvia desde la segunda quincena de octubre. La principal variedad de uva es la Tinto Fino, un clon de la Tempranillo caracterizada por unos racimos grandes y un elevado rendimiento.
Todas las plantas de Tinto Fino están injertadas con leña de viñedos viejos de la zona. Pero al constatar que solo en años excepcionales la Tinta Fino alcanzaba condiciones óptimas de maduración, también se ha contado con las variedades Cabernet Sauvignon, Merlot y Malbec, aunque en menor cantidad. La temperatura y la humedad ambiente que convergen en la región reducen el riesgo de enfermedades en la vid, característica que facilita el que Hacienda Monasterio realice el cultivo de forma ecológica y que además esté certificado por CAECIL (Consejo Agricultura Ecológica de Castilla y León).