
Proyecto Garnachas de España
PROYECTO GARNACHAS DE ESPAÑA
La pasión del enólogo riojano Raúl Acha por la tinta Garnacha fue el punto de partida de una aventura que pretende rescatar del olvido algunas de las zonas tradicionales de cultivo de esta uva. Con este objetivo nació el proyecto Garnachas de España, una apuesta muy personal del propio Raúl en la que llegó a involucrar a su familia, la cual se mostraba inicialmente escéptica ante una variedad que no siempre ha gozado de la mejor fama por su baja productividad y su dificultad de trabajar en comparación con la Tempranillo.
Un viaje en torno al Ebro
El propio Raúl Acha emprendió un viaje por zonas en las que la Garnacha siempre ha dado buenos resultados, como es el caso del Moncayo y el Priorat, con el Ebro como hilo conductor. En esas regiones conoció su adaptación a climas y suelos diversos y en ocasiones terriblemente hostiles. Recabó opiniones similares a las que había escuchado en su casa, renegando de ella, pero consiguió también adhesión a su proyecto a través de enólogos de las denominaciones de Calatayud, Ribera del Queiles y Priorat para lanzar tres de los vinos que forman parte de la colección Garnachas de España: Salvaje, Olvidada y Fosca. Tres adjetivos, tres características que hacen de la Garnacha una uva con personalidad propia.
La resurrección de una olvidada
El proyecto ha visto finalmente la luz al abrigo del grupo Vintae, que elabora vinos en más de una decena de Denominaciones de Origen de España, y escenifica la situación de resurrección que está viviendo esta uva en los últimos años. Garnachas de España pone también en evidencia que esta uva ha sido solo una malentendida necesitada de apoyo, promoción, y especialmente una investigación acorde a su escasa producción.
Con la materialización de buenos vinos y la aceptación de su alta calidad por numerosos viticultores que habían firmado la sentencia de muerte de esta variedad demasiado pronto, la corazonada de Raúl se hizo realidad. La versatilidad y las peculiaridades de este proyecto quedan plasmados en sus vinos: fáciles de beber, afrutados y que no renuncian a una estructura y un cuerpo sólido.
Foto: Uno de los viñedos del Proyecto Garnachas de España.