
Bodegas Barcolobo
BODEGAS BARCOLOBO
Los vinos BARCOLOBO nacen en la bodega situada en Finca La Rinconada, un extraordinario y pintoresco paraje natural en el término de Castronuño (Valladolid) en forma de hoz al que debe su nombre. Se trata de un lugar de larga tradición agraria, ganadera y cinegética enclavado en un entorno privilegiado: la Reserva Natural "Riberas de Castronuño - Vega del Duero", un hábitat excepcional para especies como la garza imperial, los ciervos, los jabalíes, los aguiluchos y un sinfín de animales.
En el año 2001, los hermanos Isidro Rincón cumplieron el viejo sueño de recuperar la tradición vitivinícola que hubo en este lugar. Así se reconvirtieron las parcelas más idóneas en viñedos y se rehabilitó una antigua panera y almacén de grano, espacios que hoy albergan las instalaciones de la bodega.
La uva
Sus viñedos ocupan una extensión de 20 hectáreas con las variedades Tempranillo, Syrah y Cabernet Sauvignon, y están caracterizados por suelos arenosos y pedregosos, que junto al clima continental de influencia atlántica, con inviernos fríos y veranos sometidos a rigurosas temperaturas, desempeñan un papel fundamental en el desarrollo de las cepas, produciendo unas uvas de calidad excepcional que destacan por su gran concentración.
Su filosofía está basada en una consideración de máximo respeto por la uva, donde el esmero de los diferentes trabajos en el viñedo a lo largo del año garantiza la excelencia de la materia prima. Suelo y viñedo están por tanto íntimamente ligados y ambos aportan gran parte de la originalidad y tipicidad a los vinos BARCOLOBO.
La elaboración
La recolección se realiza manualmente en cajas de 15 kilogramos, evitando así la rotura de las uvas, que se trasladan a una cámara frigorífica en la que se rebaja la temperatura a 3ºC con el objetivo de evitar la oxidación y facilitar su posterior procesamiento, permitiendo obtener una mayor extracción de aromas varietales, colores y taninos nobles.
Posteriormente se realiza el despalillado y la selección de uvas, que sin estrujar, pasan por gravedad a depósitos de 5.000 y 10.000 litros, con temperatura controlada, para su maceración y fermentación, tras las cuales los vinos pasan a barricas de roble francés, con tostados seleccionados. El trasiego del vino se realiza tantas veces como sea necesario para conseguir la calidad deseada por el enólogo. Cada variedad y parcela se vinifican por separado para mantener su personalidad, obteniendo así vinos de una singularidad única.