
Bodegas Marqués de Murrieta
BODEGAS MARQUÉS DE MURRIETA
La historia de Marqués de Murrieta arranca a mediados del siglo XIX, cuando Luciano Murrieta y García-Lemoine, marqués de Murrieta, decidió convertir el vino riojano en un vino noble. Vicente Cebrián Sagarriga, conde de Creixell, adquirió la bodega en 1983 y se convirtió en el principal artífice de que traspasara fronteras y consolidara la presencia de sus vinos en el mercado internacional.
En la actualidad es la segunda generación, Vicente Dalmau Cebrián-Sagarriga y su hermana Cristina Cebrián-Sagarriga, los responsables de capitanear esta bodega que no solo se ha mantenido en la cima vitivinícola a lo largo de toda su andadura sino que también se ha convertido en todo un referente dentro y fuera de nuestras fronteras.
Finca Ygay
La clave de la calidad y el estilo de los vinos de Marqués de Murrieta residen en su Finca Ygay. 300 hectáreas de viñedos propios autocontrolados e integrados alrededor de la bodega, en el sur de la subzona vinícola Rioja Alta, a pocos kilómetros de la capital de la región.
La finca Ygay disfruta de un clima principalmente continental, atemperado al norte por la Sierra de Cantabria. Las distintas altitudes, edades y exposiciones del viñedo le permiten ofrecer una diversidad que se hace patente en las seis variedades de uva que cultiva, cinco de ellas tintas: Tempranillo, Garnacha, Mazuelo, Graciano, Cabernet Sauvignon y la última de ellas, la variedad blanca Viura.
Foto: Entrada a Bodegas Murrieta y su famoso Castillo de Ygay.