
Un vino tinto "con alma de blanco" elaborado con variedades autóctonas de maduración tardía blancas como tintas como la Garnacha, la Provechón, la Cojón de Gato, la Garnacha blanca y algunas otras casi desaparecidas. Los racimos fermentan enteros en cemento y posteriormente tiene lugar una crianza de 12 meses en barricas de roble. El resultado es un tinto ligero, perfumado y elegante.








- D.O
- IGP Valdejalón
- Variedad de uva
- Garnacha, Provechón, Garnacha Blanca, otras
- Vinificación
- Este vino se elabora con variedades de uva autóctonas de maduración tardía, donde al menos el 70% de las uvas son blancas. Fermenta con racimos enteros y levaduras autóctonas en cemento y posteriormente tiene lugar la maceración de más de 70 días. Crianza de 12 meses en barricas de roble.
- Viñedo
- Viñedos con más de 60 años. Suelo de pizarra.
- Envejecimiento
- 12 meses
- Robert Parker
- 95
- Productor
- COMERCIALIZADO: Perelada Comercial S.A (C/Pere II de Montcada 1, 08034 Barcelona, España)
- Origen
- Zaragoza
- Graduación Alcohólica
- 12%
- Peso
- 750 ml
- Nariz
- Aromas a arándanos, cereza y nuez moscada.
- Maridaje
- Platos de aves guisadas, platos de verduras, arroces de carne, pastas con salsas.
- Tipo
- Tinto
Perelada & Chivite es hoy un referente en el mundo vitivinícola. Con presencia en las principales denominaciones de origen, más de 450 ha. de viñedos en propiedad y más de 320 ha. de explotación controlada, la vinculación de nuestra firma con el mundo del vino se remonta a 1647, fecha en la que aparece documentada la primera transacción de una de nuestras bodegas, Chivite.
La familia Suqué Mateu, propietaria de Perelada & Chivite, busca mantener la identidad de las diversas zonas productoras, potenciando el respeto al terroir y a los paisajes donde se desarrolla la actividad vinícola de cada una de las marcas que conforman una completa colección de vinos únicos.
La relación directa de la familia con el mundo del vino se remonta a la figura de Miguel Mateu, quien compró en 1923 el Castillo Perelada (Empordà). Una de sus principales ilusiones era recuperar su tradición vitivinícola que encuentra sus orígenes en el siglo XIV, cuando los monjes carmelitas que vivían en el monasterio anexo al castillo ya producían un excelente vino con el que abastecían a toda la región.
Javier Suqué, nieto del fundador, preside Perelada & Chivite y ha sido el encargado no sólo de mantener vivo ese compromiso con la elaboración de vinos de calidad, sino de reforzarlo todavía más buscando la mejora constante.