
La apuesta de Jiménez-Landi por la Garnacha se confirma en este tinto en el que la uva Syrah, antes dominante en el 'coupage', ha pasado a tener un papel algo secundario (30% en esta añada). El resultado es un vino particular, con suficiente intensidad, que suma delicadeza a la identidad explosiva típica de este tinto joven.






- Tipo
- Tinto
- D.O
- Méntrida
- Variedad de uva
- Syrah y Garnacha
- Vinificación
- Despalillado al 30%. Prefermentación en frío durante 4 días. Fermentación alcohólica con levaduras autóctonas y temperatura controlada entre 15 y 22 grados. Maceraciones comprendidas entre los 20 y 30 días según parcelas y depósitos. Extracciones suaves mediante remontados y delestage. Crianza de 9 meses en barricas de roble francés de 500 y 3.000 litros. Las barricas tienen una edad de como máximo 6 años.
- Viñedo
- Paraje llamado Sotorrondero, ubicado en la localidad de Méntrida. Viñedo ubicado en dos fincas con plantación en vaso, situadas dentro de la finca de la Dehesa, en el pueblo de Méntrida, y en el Pueblo del Real de San Vicente. Ubicadas a 630 metros en Méntrida y a 750-850 metros en el Real de San Vicente. Área de 5 hectáreas. Edad de 12 años la parcela de Syrah y 45 años la parcela de Garnacha. Suelo arenoso-granítico.
- Envejecimiento
- 9 meses
- Productor
- Landi Vinos y Viñedos S.L (C/ Santa Teresa 7 - Entresuelo 1, 28004 Madrid, España)
- Graduación Alcohólica
- 14,5 %
- Peso
- El Real de San Vicente (Toledo, España)
- Peso
- 75cl
- Vista
- Intenso color picota con ribetes morados. Capa media-alta. Limpio y brillante y con una elegante lágrima.
- Nariz
- Jugosa y expresiva fruta roja y negra muy madura con un fondo herbáceo y balsámico y recuerdos minerales de la tierra.
- Boca
- Muy buena entrada, amplia y envolvente. Largo recorrido, suave, muy sabroso, carnoso, de textura aterciopelada, con mucha fruta jugosa y golosa matizada por los tostados y por los cremosos. Taninos bien integrados. Acidez bien integrada. Final largo y muy persistente.
- Maridaje
- Cabrito al horno, bacalao al ajo arriero, legumbres, verduras, guisos de cuchara, estofados.
BODEGAS JIMÉNEZ LANDI
Situados en la Denominación de Origen Méntrida, Bodegas Jiménez-Landi comienzan su andadura en 2004 con el objetivo de centrarse en los viñedos viejos de Garnacha y hacernos redescubrir su enorme potencial con una elaboración que busca respetar la tipicidad.
La característica principal de la zona donde Jiménez-Landi elabora es la altitud (en Méntrida, alrededor de 600 metros; en Real de San Vicente, entre 750 y 900 metros). Esta circunstancia proporciona un frescor que equilibra los vinos, ya que la Garnacha tiende a producir grados elevados que necesitan ser compensados por una buena acidez.
Elaboración respetuosa
En la bodega intentan trabajar con la menor manipulación posible, despalillando cada vez menos, haciendo fermentaciones suaves (en barricas abiertas y pisando con los pies, evitando el uso de bombas y remontados agresivos) y cuidando en especial la crianza en madera. Utilizando barricas grandes y fudres consigue una menor micro-oxidación del vino y esto es importante porque la Garnacha es una variedad muy oxidativa.
Filosofía honesta
La juventud de los Jiménez-Landi imprime honestidad y autenticidad en su aproximación al trabajo en el viñedo y la bodega. Exploran y se abren a nuevas posibilidades, entendiendo las zonas y los viñedos, intentando reflejar el carácter de las uvas autóctonas, y huyendo de la imagen que tenían los vinos de la zona. Dicen que no han inventado nada nuevo, pero lo que sí han hecho es abrir la veda para que cada vez más se apueste por un estilo diferente al que se venía haciendo. Cada viña, con su situación, altitud, orientación, variedad, suelo, refleja la identidad de los terruños de Méntrida y su entorno.
Desde 2011 es José Benavides Jiménez-Landi quien se encarga de dirigir y perfilar los vinos, de manera que 2012 es la primera añada que elabora en solitario y en la que, por supuesto, ha tratado de incorporar su particular forma de entender el vino aunque siempre con el máximo respeto al poder del terruño.
